Este gran proyecto partía, cómo máxima, de la intención de resolver las necesidades del cliente, para albergar en un gran local, un área importante de formación y la pequeña clínica dental que desde hacía muchos años dirigían en otra zona de la ciudad. Nuestra propuesta, consistía en otorgar la mayor superficie posible al área de atención pública al paciente, recepción y sala de espera, aprovechando el máximo de fachada y luz natural. Traspasado el umbral del acceso y recepción, planteábamos un gran claustro central iluminado de manera artificial y con claraboyas cenitales pertenecientes al patio de la comunidad, desde donde se daría acceso cómodo y fácilmente entendible a cada una de las áreas de consulta, tanto de acceso público como privado. De manera análoga, mediante este claustro perimetral se daría acceso al corazón de la actividad, el área de formación científico-formativa odontológica, la seña de identidad, el alma y espíritu de los titulares del centro.